Construir un saber pedagógico a partir
de una experiencia es la posibilidad de
transformar la practica educativa, además
poder valorar la practica reflexiva por
medio de un portafolio digital apoyado
en las diferentes herramientas de las TIC, constituye una propuesta innovadora
para mejorar el ejercicio docente, la planificación de actividades y la
interacción con los alumnos, fomentar el trabajo colaborativo. Por esto,
podemos percibirlo como un proceso de
innovación pedagógica, con la
incorporación de nuevas metodologías,
dando enfoques innovadores al proceso de
enseñanza.
A partir de la conferencia
Mundial sobre Educación Superior
de 1998 (UNESCO) se han generado grandes cambios en la educación a nivel
mundial para buscar la solución a los problemas que dificultan la actualización de esta para una sociedad
del conocimiento. De la declaración en 1999 de los ministros de Educación
Europea en Bolonia y la reunión de abril
de 2005 en México de los ministros de los países de América latina y del
caribe (ALCUE), salen estrategias para acercar la educación
superior a la sociedad.
La formación por competencias se evidencia como una manera eficaz de
resolver problemas que tiendan a mejorar los diferentes contextos socio
económicos en que se desempeñara el estudiante, lo que implica que la
universidad asuma su responsabilidad social de llevar el conocimiento y la
gestión de los recursos de manera
responsable.
Hay que cambiar el concepto de que la formación solo se debe centrar en
los conocimientos (Saber), debido a que se tiene el concepto de que las habilidades (saber hacer) son aptitudes personales y que no se debe
tener en cuenta las actitudes (Ser – Valores), formar en competencias se trata
de realizar con éxito una función determinada lo que requiere conocimientos, actitudes y habilidades
Cuando hablamos de Competencias nos referimos no solo a los
conocimientos sino a los valores y destrezas para el desempeño de una
determinada ocupación.
La persona competente a partir
del conocimiento de sí mismo sabe de sus capacidades para poder cumplir con las tareas que
se compromete a realizar de manera autónoma y responsable.
Los estudiosos generan algunos interrogantes sobre la formación
universitaria, cuando se asume la conveniencia de asumir un enfoque por competencias,
tales como las cuestiones relativas a los
alcances que esta tiene para la función docente y a la formación que estos
necesitan para poderla lleva a cabo, lo
que implica además de diseñar acciones curriculares que promuevan el
conocimiento, el desarrollo de actitudes y la adquisición de habilidades, será
necesario acercar al estudiante a contextos semejantes al mundo del trabajo
Se han llegado a elaborar algunas
taxonomías de competencias para el diseño currículos profesionales, por ejemplo los cinco niveles
de competencia definidos en el Reino Unido, y las competencias definidas por el
proyecto Turing que diferencia las genéricas
de las específicas. De manera similar existen diferentes conceptos de competencias propuestas por universidades que han trabajado este enfoque,
asociaciones profesionales que han
realizado estudios con la finalidad de ofrecer referentes formativos, u otras
instituciones.
La incorporación de las competencias los microcurrículos universitarios da respuesta a la necesidad de
acercar la universidad a la sociedad y al mundo laboral, ofreciendo a los
estudiantes la adquisición de un aprendizaje significativo y funcional para su
desempeño en el mundo laboral, dándoles una formación integral práctica y útil para
la vida.
Las reformas universitarias en los últimos años han constituido un cierto
avance en la practicidad, profesionalización y diversificación de los planes de
estudio, vinculándolos por medio de competencias a la práctica profesional y definiendo
la metodología de aprendizaje más
adecuada y la selección de las temáticas adecuadas, para la adquisición de un perfil profesional con múltiples competencias para
su desempeño en puestos de trabajo con varias responsabilidades.
Hay muchas críticas y detractores a este modelo según Barnett (2001 Considera
que la sociedad ha delegado en la educación superior el desarrollo de habilidades operacionales que
le permitan utilizar en la sociedad de manera eficaz. Sin embrago sus cuestionamientos
apelan a que las instituciones y docentes asuman la responsabilidad social y profesional al
plantear un enfoque por competencias que cumpla con los requerimientos de la sociedad
y que el conocimiento sea utilizado para el bienestar común preservando la dimensión
ética. Por otro lado el aspecto colaborativo de la actividad académica en el enfoque
computacional dice que debe ser el medio para utilizar constructivamente
la libertad académica y la autonomía institucional
Al incorporar diseños curriculares basados en competencias a la formación
universitaria, hace necesario acabar con
la creencia de que un conocimiento profundo en un área proporciona la competencia necesaria
para realizar prácticas en dicho conocimiento, al igual que es posible una competencia compleja desprovista
de un conocimiento profundo.
Para que un diseño curricular produzca un auténtico proyecto de formación integral es necesario diseñar un plan que tenga en su
totalidad el objetivo de: “obtener mejoras en la formación de las personas que
participen en él”.
A partir de una tabla de competencias,
se pueden indicar las unidades de aprendizaje y los saberes esperados para lograr
estas competencias, incluyendo las estrategias metodológicas y las
evidencias de aprendizaje, teniendo en cuenta los recursos disponibles o conseguibles
de manera razonable.
Para la operación de un modelo por competencias que satisfaga las demandas
de la sociedad se requiere de docentes tutores
que superen el academicismo para dar
paso a una formación que de satisfacción
a las demandas sociales y la profesionalización de su tarea.
La labor docente se ve intensamente afectada por estos cambios y
necesita reforzar una nueva caracterización profesional. Es necesario docentes
dispuestos para diseñar las estrategias adecuadas para alcanzar diferentes
resultados de aprendizaje y dar un fuerte impulso a la tutoría académica que se
constituye en la característica más
relevante.